Por un momento, escuché su voz por un instante, allá en el olvido ví su recuerdo, una vez más su silueta pasó por el umbral de mi puerta esa tarde silenciosa pensé en solamente ver su memoria vacía admirar ese cuerpo perfecto mientras se desvanecía en la distancia cuando el sol dejaba caer sus últimos rayos a travéz de la ventana Mientras el teléfono sonaba, el aire se volvía denso y la respiración entrecortada quise abrazarla, pero no pude porque ya no estaba allí no quedó nada, ni un beso frío una sonrisa rota, un abrazo sin sentido no había nada se marchó, sin decir adiós se llevó con ella un suspiro de mi ser esa noche, envuelta en su abrigo de soledad cubierta con el frío sabor de un lamento callado caminó hacia ninguna parte, mientras se me iba el alma junto a ella El teléfono sigue sonando, y el cuerpo ya no responde embelesado frente al retrato inexistente de la cruda soledad sólo palabras caídas se logran escuchar mientras se disipan entre la ausencia de su nombre. By: Aioria |
sábado, abril 15, 2006
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