Buscaba el sol ocultarse ese día
al mismo instante, la luna parecía apresurarse
para salir, deslumbrando con su luz a todo aquel que la veía
ambos al mismo tiempo, en el cielo
matizado con tintes alegres y sombríos a la vez
mientras, en el pueblo
callado en un rincón, un loco poeta escribía sus memorias
llamábase el libro "El Diario de los Días Tristes"
según él, para dejar una prueba de su existencia
creyendo que quizás un día alguien se acordaría de sus versos
con frenesí empuñaba su pluma, con cierto desdén por cierto
con ese aire de melancolía y desenfreno que golpea a la cara
clavaba su mirada al horizonte, mientras se perdía en la infinidad de la nada
soñando que un día quizás la vería, una sola vez
pero las páginas seguían vacías...
seguían vacías, y el alma apesarada
pues la noche había llegado sin avisar, y ella no estaba a su lado
suspiró, en medio de la tranquilidad de no estar solo
pues los esíritus estaban allí, en esa habitación maloliente
en aquel pútrido pueblucho cuyo nombre escapa de mi mente
guardó silencio, y no escuchó nada
solamente el eco de sus pensamientos al chocar con el limbo de los ideales
una lágrima rodó por su mejilla
la pluma se deslizó hiriendo al papel, húmedo por el sudor y el llanto impotente
escribió: "las lágrimas han llorado
el llanto se lamentó
y en ningún lugar la veo
buscando su rostro, alza el caballero su mirada
sin poderla encontrar, cuando los gorriones cantaban con alegría
en la mañana sobria y solitaria
busqué su reflejo en mi sonrisa, pero ya no había nada"
Terminaba de escribir en las blancas hojas del maltratado libro
cuando nuevamente la tristeza hacía mella en su maltrecho corazón
y un nuevo verso se añadía a los tantos sin dueña y sin fecha
escribió esta vez: "si tan sólo pudiese estar a tu lado, no importaría el tiempo, ni la dificultad
entregaría lo que queda de mi ser por estar a tu lado, dama de mis amores
escúchame, por favor, oye mis lamentos
que en esta noche sin brillo escribo una vez más, pensando en ti
cuando los ángeles me recuerdan que existes, aunque no se donde estás
por favor, escucha mi suplicio y ven a mi lado"
Y calló por un momento, cuando le pareció oir a un lobo aullar allá en la lejanía
abrió la sucia ventana del cuarto gris y la luna acarició su rostro con su fría y pálida luz
entonces, anheló poseerla, y ansió besar sus labios de plata
"Ven a mí, sólo cállate y bésame
déjame abrazarte, quiero besar tu piel cristalina, con el último suspiro de mi ser
quiero ver el amanecer contigo reposando en mi pecho
observar las estrellas resplandecer sobre nuestros cuerpos desnudos
cuando la noche sea silenciada por nuestros suspiros ahogados, y por el sonido de mis labios al tocar la gloria
oh fuego, sé mi guardián, tu, viento
llévame contigo para estar a su lado, esta noche solamente"
Y la vela se apagó, los párpados no resistieron
cuando el sueño en brazos cargaba al eterno enamorado, iluminábase su rostro
con la inocente sonrisa del que todo lo puede y nada anhela
solamente los labios de la mujer amada que jamás estará a su lado, solamente en sus fantasías
el reloj siguió andando, mientras transcurría tranquilamente la agonía prolongada...
al mismo instante, la luna parecía apresurarse
para salir, deslumbrando con su luz a todo aquel que la veía
ambos al mismo tiempo, en el cielo
matizado con tintes alegres y sombríos a la vez
mientras, en el pueblo
callado en un rincón, un loco poeta escribía sus memorias
llamábase el libro "El Diario de los Días Tristes"
según él, para dejar una prueba de su existencia
creyendo que quizás un día alguien se acordaría de sus versos
con frenesí empuñaba su pluma, con cierto desdén por cierto
con ese aire de melancolía y desenfreno que golpea a la cara
clavaba su mirada al horizonte, mientras se perdía en la infinidad de la nada
soñando que un día quizás la vería, una sola vez
pero las páginas seguían vacías...
seguían vacías, y el alma apesarada
pues la noche había llegado sin avisar, y ella no estaba a su lado
suspiró, en medio de la tranquilidad de no estar solo
pues los esíritus estaban allí, en esa habitación maloliente
en aquel pútrido pueblucho cuyo nombre escapa de mi mente
guardó silencio, y no escuchó nada
solamente el eco de sus pensamientos al chocar con el limbo de los ideales
una lágrima rodó por su mejilla
la pluma se deslizó hiriendo al papel, húmedo por el sudor y el llanto impotente
escribió: "las lágrimas han llorado
el llanto se lamentó
y en ningún lugar la veo
buscando su rostro, alza el caballero su mirada
sin poderla encontrar, cuando los gorriones cantaban con alegría
en la mañana sobria y solitaria
busqué su reflejo en mi sonrisa, pero ya no había nada"
Terminaba de escribir en las blancas hojas del maltratado libro
cuando nuevamente la tristeza hacía mella en su maltrecho corazón
y un nuevo verso se añadía a los tantos sin dueña y sin fecha
escribió esta vez: "si tan sólo pudiese estar a tu lado, no importaría el tiempo, ni la dificultad
entregaría lo que queda de mi ser por estar a tu lado, dama de mis amores
escúchame, por favor, oye mis lamentos
que en esta noche sin brillo escribo una vez más, pensando en ti
cuando los ángeles me recuerdan que existes, aunque no se donde estás
por favor, escucha mi suplicio y ven a mi lado"
Y calló por un momento, cuando le pareció oir a un lobo aullar allá en la lejanía
abrió la sucia ventana del cuarto gris y la luna acarició su rostro con su fría y pálida luz
entonces, anheló poseerla, y ansió besar sus labios de plata
"Ven a mí, sólo cállate y bésame
déjame abrazarte, quiero besar tu piel cristalina, con el último suspiro de mi ser
quiero ver el amanecer contigo reposando en mi pecho
observar las estrellas resplandecer sobre nuestros cuerpos desnudos
cuando la noche sea silenciada por nuestros suspiros ahogados, y por el sonido de mis labios al tocar la gloria
oh fuego, sé mi guardián, tu, viento
llévame contigo para estar a su lado, esta noche solamente"
Y la vela se apagó, los párpados no resistieron
cuando el sueño en brazos cargaba al eterno enamorado, iluminábase su rostro
con la inocente sonrisa del que todo lo puede y nada anhela
solamente los labios de la mujer amada que jamás estará a su lado, solamente en sus fantasías
el reloj siguió andando, mientras transcurría tranquilamente la agonía prolongada...
By: Aioria
1 susurros:
Como siempre, me gusta lo que escribe... y es bastante depresivo, así que no diga que ya no escribe cosas así <.<
Besho
Aios
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