Y bueh, la primera entrada del año. Hubiese querido hacerla durante la víspera de Año Nuevo pero simplemente no podía. No, no fue por las visitas, sino que como siempre, cuando un año acaba y otro comienza se me forma un nudo en la garganta y un remolino en la mente, ideas, sueños, deseos, cosas bonitas y otras tonterías que siempre se nos ocurren cuando simbólicamente se muere una parte de nosotros para que solamente las memorias nos queden, y otra más nace, para seguir el ciclo interminable de la vida hasta que un día simplemente dejemos de respirar.
Y como decía, una etapa comienza. En mi caso particular, la vida universitaria, el Alma máter y los semestres, el álgebra (muy para mi desgracia), un montón de caras nuevas y pocas amistades, quizá ninguna, además de una ligera oportunidad para dar a conocer este pasatiempo de las letras, los versos y las charlas perpetuas con la soledad y los corazones apesarados en las noches sin luna, admirando a las estrellas en su diálogo con el alma del poeta.
Y atrás quedaron los días solitarios, acompañados de un cuaderno desgastado y muchos suspiros entrecortados por lágrimas de amargura, las tardes vacías, el olor a resentimiento que rodeaba mi alcoba, las cartas manchadas y amarillentas, todo quedó atrás.
Y bueh, para salir un poco del tema, pues hay un tópico que siempre me ha llamado la atención: La Santería o Vudú, como sabemos, procedente del África. Por estos rumbos es muy popular y pues, lástimosamente la gente despilfarra el dinero en esas tonterías. Hace varios días estuve cerca de un puesto de venta de productos "esotéricos" y botánicos, y entonces aparece una señora con una lista de "encargos" con los cuales se podría resolver el problema que tenía, y para solucionarlo se llevó aproximadamente 10 objetos, entre jabones, "baños", lociones, velas, agua florida y otras cosas. No pude evitar una risa irónica cuando escuché a la señora preguntar por un jabón que hace que el dinero rinda, porque siempre se va tan rápido como viene. Me hubiera gustado decirle: Si quiere que el dinero le rinda no lo bote comprando toda esta mentira, abra los ojos y piense. Siempre he sido incrédulo y escéptico, especialmente con estos menesteres de los espíritus y cosas así, más que todo pienso que para que una persona busque refugio en "San Simón", "La Santa Muerte", y una innumerable cantidad de "Orishas" y "Árcangeles" tiene que tener muy poca autoestima y seguridad en si mismo. Pero esa es otra historia.
Por ahora nada más vierto mis opiniones respecto a ese tema. Investigaré más a fondo a ver que patrañas salen a la luz.
miércoles, enero 03, 2007
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